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domingo, 15 de enero de 2012

Yo quería el Apocalipsis

Las alarmas de los vecinos sonaban constantemente. Un auto pasó tocando su bocina sin cesar. Yo? Durmiendo cálidamente en mi camita cuando hay un berrinche afuera. En mi mente eran las cuatro de la mañana (quizás soñé algo que me hacía pensar en aquello), cuando en la realidad, mi pieza ya estaba clara por la luz del sol. Veo por el espacio que hay entre la ventana y la cortina, y me doy cuenta que salía fuego de una casa-esquina, muy cerca de la mía. Mis ilusiones de un apocalipsis se acabaron totalmente cuando vi en el reloj que eran las 7.15. Ya vestido, me ve mi mamá, preguntándome qué había pasado. Salí y me doy cuenta de que no era una casa la que se quemaba, sino un auto. Era viejito, pasaba inadvertido en una foto con tonos sepia, y alrededor unos diez machos recios de la villa mostrando su escultural cuerpo de maridos casados a los cuarenta años. Con extintores y mangueras de vecinos, apagaron el auto.Viendo todo controlado volví a mi hogar, y es así como termino escribiendo en este blog algo que acaba de suceder hace media hora.

Podemos sacar muchas cosas positivas de esto: La unión de los vecinos, su generosidad y amabilidad por su disposición, etc. Yo en tanto, aprochecho de tener el hábito de levantarme temprano y mejorar aaaaaaaaaalgo mi pésima redacción.